Un recorrido completo, desde el origen del Ajedrez, historia y reglas, desde su misterioso origen en Asia hasta Magnus Carlsen.
El Origen del Ajedrez
El origen del Ajedrez continúa siendo un tema de controversia y debate entre los historiadores. A lo largo de la Historia se han desarrollado teorías que sitúan el origen del ajedrez en Persia, India o China.
Los primeros libros de ajedrez fueron escritos en el año 850 d.C. y en ellos se encuentran referencias al juego de ajedrez con fecha cercana al año 600 d.C. Antes del 600 d.C no se ha encontrado documentación, ni referencia alguna al juego.
A pesar de la disparidad de criterio entre los historiadores situando el origen del ajedrez, la divulgación del mismo a través de la ruta de la seda es un hecho incuestionable. La famosa ruta comercial de la seda extendió la popularidad del ajedrez por todo el continente asiático, India, Persia, Arabia, Siria, Turquía y finalmente Europa, donde el ajedrez adoptaría su versión actual.
Los antecesores del ajedrez
Desde siempre, los hombres han jugado a juegos de mesa, consistentes, en su mayoría, en una persecución del adversario que progresa mediante tiradas de dados. Es el caso del senet, que utiliza 30 casillas y que ya se jugaba en Egipto tres mil años antes de nuestra era, o del juego de las 20 casillas, practicado en Oriente Próximo en la misma época. Junto a estos juegos, en los que la suerte es decisiva para la marcha de las piezas, los griegos se dedicaban en la antigüedad a un pasatiempo muy diferente, la petteia.
La petteia
A diferencia de los juegos de la época, este juego de mesa de la Grecia clásica no está basado en el azar, sino en la reflexión y la estrategia. En lugar de utilizar los dados para que las piezas avancen sobre el tablero, los jugadores deben modificar una y otra vez su táctica, en función de la que adopte el adversario, para conseguir vencer.
Chaturanga
Este juego se empezó a practicar en el norte de la India, con anterioridad al siglo VII de nuestra era, época en que su existencia está comprobada. Las piezas del Chaturanga corresponden a los 4 cuerpos del ejército indio: infantes, caballeros, elefantes y carros.
El desarrollo del Chaturanga, reproduce la estrategia bélica del ejército indio y consiste en matar al rey enemigo, o bien en derrotar a su ejército para conseguir la victoria. La partida se disputa sobre un tablero rojo y verde con 64 casillas en el que 4 jugadores libran batalla progresando con la ayuda de los dados.
El componente de azar que implica la utilización de los dados, confiere al Chaturanga un considerable atractivo, pues permite que participen jugadores con niveles muy desiguales.
El encuentro entre los dos juegos
El ajedrez nace como una combinación del Chaturanga, juego de azar y guerra, y la petteia, juego de lógica y estrategia. De forma progresiva, fue desapareciendo el uso del dado en el Chaturanga y, con ello, el componente de azar. La reflexión reemplazó al imprevisible golpe de suerte, y los competidores quedaron divididos entre buenos jugadores y malos jugadores, dependiendo de su destreza. Además, el juego pasó a desarrollarse entre dos ejércitos en lugar de 4, por lo que los 4 jugadores originales quedaron agrupados en parejas (jugaban en consulta), y finalmente se redujo el número a dos jugadores (uno contra otro). En su nueva acepción, el término Chaturanga pasó a designar un juego de ajedrez que se encaminaba hacia su forma moderna. Las rutas comerciales y las invasiones propiciaron que este juego se expandiese desde la India a Oriente y Occidente.
La expansión del ajedrez en Oriente. La ruta de la seda
Entre los diversos países del mundo oriental siempre hubo un activo comercio. Por las rutas de la sal, de las especias y de la seda circulaban de manera regular caravanas de negociantes al acecho de cualquier novedad susceptible de despertar interés y generar beneficios. Indirectamente, estos comerciantes favorecieron también la penetración de religiones y culturas de unos países en otros. En todos esos intercambios, China representó una etapa esencial hacia Extremo Oriente.
Ajedrez en China
Muy pronto, entre el noroeste de la India y el norte de China se abrió una ruta comercial que atravesaba Cachemira, el paso del Karakorum y Turquestán. Así, entraron en China el budismo y muchos otros elementos de la cultura india. Se conservan documentos chinos que mencionan la introducción del juego del chaquete a partir del siglo III. Aunque es muy difícil reconstruir con exactitud el camino seguido por el ajedrez, parece verosímil imaginar que se trata de esta misma vía. Un argumento suplementario en favor del paso directo de la India a China lo proporcionan las semejanzas entre las primeras piezas de ambos países (carro, caballo, elefante y consejero). Sin embargo, algunos historiadores creen que el juego del ajedrez habría pasado por Irán antes de entrar en China.
Ajedrez en Irán
En el Libro de los Reyes, Firdusi se basa en textos antiguos para situar la introducción del ajedrez en Irán en el siglo VI. De acuerdo con el texto de Firdusi, el soberano indio Bevisara ofreció al Rey de Persia (Irán), Chosroes I (531-579), un juego de chaturanga confeccionado de preciosas esmeraldas y rubíes.
Con la entrega del juego, el soberano indio planteó a Chosroes el desafío de desentrañar la clave del juego. Chosroes, a su vez, retó a los sabios del reino a buscar la solución. Pasaron semanas, hasta que uno de ellos no sólo consiguió explicar el sentido del juego y razonar su interpretación bélica, sino que además ganó la partida que disputó contra un embajador indio enviado por Bevisara.
Traducido al iraní, el nombre del juego se convirtió en chatrang o ciatrang, y los jugadores locales se revelaron muy pronto como excelentes jugadores.
Ajedrez árabe
Durante la conquista de Irán dirigida por el califa Omar, los árabes, muy dotados para la abstracción y brillantes matemáticos, se apropiarían del ciatrang, que ellos pronunciaban chatrandf, y pronto demostrarían una sorprendente habilidad en su práctica. Es el tiempo en que los árabes parten a la conquista de Oriente. La primera oleada los lleva a Siria (634), Mesopotamia o Irak (636), Irán (638) y Egipto (c. 642). Luego se extenderían por el norte de África (c. 700/705)
Un siglo y medio más tarde, bajo el reinado del califa abásida Harun al-Rasid (766-809), Bagdad pasa a ejercer una considerable influencia. La corte del califa es un ejemplo para otros soberanos con los que Rasid mantiene relaciones y a los que calma de regalos. El califa considera el tablero de ajedrez y sus piezas como objetos de gran valor dignos de ser ofrecidos a quienes desea honrar, pues están confeccionados con materiales extraordinarios y adornados con piedras preciosas. Objeto de lujo para unos, el ajedrez pasa a convertirse en materia de estudio para otros. Los grandes jugadores comienzan a expresar su pasión y comunicar sus conocimientos del ajedrez.
Los escritos árabes
A comienzos del siglo VII, empiezan a aparecer referencias al ajedrez en obras árabes e iraníes. En efecto, el ajedrez se convierte poco a poco en fuente de una abundante literatura que se difunde por los países bajo dominio musulmán. Durante los siglos VIII y IX los escritos con referencias al ajedrez ya son enormes en los países musulmantes. Entre la gran producción de la época, destaca el Libro del ajedrez, de Al-Adli (842), y el Primer tratado de ajedrez (c. 890), obra de Abul-Abbas, médico de Bagdad.
En el Siglo X, As-Suli explica los movimientos de las piezas tal como los practicaban sus contemporáneos. Su manuscrito será referencia obligada durante seiscientos años.
Años más tarde, en el Libro del ajedrez de Al-Masudi (934) aparece la célebre leyenda del tablero de ajedrez y los granos de trigo que atribuye la paternidad del juego al sabio Sissa ben Dahír.
La leyenda del tablero de ajedrez y los granos de trigo
Cuenta la leyenda que el sabio Sissa concibió el juego del ajedrez como modo de diversión para distraer a su soberano del profundo aburrimiento al que estaba sometido. Fue tal el asombro y la pasión que mostró el Rey por el innovador juego, que consiguió curar su melancolía y salir del letargo en el que estaba sumergido. Ansioso por recompensar a Sissa, decidió concederle cuánto pidiera.
«Trigo», respondió el Sabio.
«¿Cuánto?, preguntó el Rey, felizmente sorprendido por la humilde respuesta.
«Me conformo con un grano de trigo por la primera casilla, dos en la segunda, cuatro en la tercera, ocho en la cuarta, y así en lsa siguientes, doblando el número de granos de trigo por cada casilla, hasta la última.
«¡Concedido!» – Exclamó el Rey, sorprendido nuevamente por tan nimia demanda.
Sin embargo, el Rey nunca pudo cumplir su palábra, pues hubiera tenido que entregar 18.446.744.073.709.551.615 granos de trigo sobre el tablero, cantidad
Leontxo García hace un resumen de la leyenda del tablero de ajedrez y los granos de trigo y lo cuenta de forma extraordinaria en el vídeo a continuación: (minuto 0:50)
Llegada del ajedrez a Europa
El ajedrez llegó al continente europeo alrededor de 1000 dC. Las primeras referencias al ajedrez en Europa datan aproximadamente del año 1050 dC. A partir del año 1100, el ajedrez se populariza entre la nobleza y las partidas se disputan entre la alta sociedad.
Ajedrez en la Edad Media
En la Edad Media, el ajedrez formaba parte de la cultura noble europea y se utilizaba, entre otras cosas, para enseñar el arte de la guerra y estrategia. Además, existen registros que demuestran que el ajedrez era usado como base para sermones y discursos acerca de la moralidad; en sentido metafórico las piezas representaban las diferentes clases sociales y los quehaceres humanos derivaban de las reglas del ajedrez.
Alrededor del año 1500, la reglas de ajedrez experimentan muchos cambios, definiéndose una mecánica de juego casi idéntica a la actual. Fundamentalmente se realizaron tres modificaciones durante la Edad Media; se permitió el movimiento del peón dos casillas desde su posición inicial, se aumentó el rango de acción de los alfiles (estaba limitado a dos casillas) y la Dama aumentó su potencial hasta convertirse en la pieza más importante del tablero. Esta modificación de la Dama está inspirada en la Reinal Isabel la Católica.
El ajedrez a principios del Siglo XVI estaba muy arraigado entre la sociedad europea y esa popularidad ha ido en aumento hasta la actualidad.
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